Los AGV (vehículos autoguiados) han transportado carga y mercancías durante más de medio siglo. Esta tecnología terminó convirtiéndose en un accesorio muy utilizado por fábricas, industrias, almacenes y cualquier otro lugar donde exista una necesidad de entrega repetitiva de materiales.

Sin embargo, como se esperaba de la Industria 4.0, las nuevas tecnologías están surgiendo todo el tiempo, con el objetivo de mejorar aún más el proceso de producción dentro de las operaciones. Actualmente, uno que está ganando protagonismo en la automatización industrial es AMR.

Aunque no es tan popular en Brasil como en otros países, AMR (Autonomous Mobile Robots) es una tecnología que también realiza el transporte de carga y mercancías de forma autónoma. Sin embargo, existen algunas diferencias si lo comparamos con el sistema AGV.

Con eso en mente, SINOVA preparó este material compartiendo con usted la información principal de estas dos tecnologías y cuál es la mejor solución para su industria. ¡Seguir!

• Sistema de navegación

Sin duda, la principal diferencia entre AGV y AMR es el sistema de navegación que tiene cada sistema. Ambos ofrecen sus puntos buenos y, según la aplicación o el entorno, serán más o menos adecuados.

AGV es un vehículo autoguiado que se mueve a través de un circuito predefinido. Los principales sistemas de navegación son a través de cables empotrados en el suelo del lugar, cinta aplicada o pintada en el suelo, espejos reflectantes instalados a lo largo del circuito y sensores optoelectrónicos.

Por tanto, existe la necesidad de realizar algunos cambios en la estructura del edificio, además de tener un entorno controlado para que funcione la tecnología. Idealmente, AGV debe usarse en espacios y procesos de producción que no están sujetos a cambios.

AMR navega a través de los mapas que crea su software en tiempo real o mediante planes precargados. Pensemos en un coche con GPS. Cuando el propietario del vehículo coloca la dirección de la casa, por ejemplo, el GPS crea la mejor ruta basándose en las posiciones simples que tiene el mapa. Y es más o menos en este sentido que la AMR aprende y elige la mejor ruta de transporte que se debe realizar.

Esta tecnología es fácilmente programable y no necesita una estructura en el entorno especial para funcionar.

• La seguridad

En cuanto a seguridad, cada tecnología tiene su particularidad.

El AGV tiene una inteligencia integrada, obedeciendo instrucciones programadas en software, que transmite datos vía Wi-Fi. Por lo tanto, es capaz de detectar obstáculos a su alrededor, pero no puede salirse de su camino si un objeto se encuentra en su camino, sin embargo cuando identifica el objeto se detiene de manera segura, obedeciendo una distancia preprogramada.

Diferente de AMR. La tecnología aplicada a los equipos permite, en caso de obstáculo o empleado, sortear el bloqueo, si es posible, y continuar su recorrido, utilizando la mejor ruta alternativa, también de forma segura.

A pesar de esta diferencia, siempre vale la pena mencionar que ambas tecnologías son sumamente seguras y efectivas en el proceso de manejo de cargas, sobre todo si lo comparamos con un ser humano pilotando un montacargas, por ejemplo, ya que sensores láser, cámaras y varios otros Las protecciones contra colisiones que se pueden instalar en ambos superan los reflejos y la percepción de cualquier persona.

• Conclusión

Ante estas diferencias que compartimos en este artículo, podemos concluir que ambas tecnologías son sumamente efectivas y seguras para realizar el transporte de carga de forma autónoma. Para elegir el que mejor se adapte a tu empresa, debes analizar el entorno y la aplicación necesaria.

Los AMR, por ejemplo, ofrecen un gran rendimiento en los depósitos de distribución de comercio electrónico, ya que son entornos que cambian constantemente, con obstáculos que dificultan los vehículos.

En lugares, como las fábricas de producción, se considera el AGV más adecuado, ya que transportan automóviles en rutas fijas, donde no hay obstáculos y la cadencia es muy importante para satisfacer las necesidades de producción.

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